domingo, 21 de septiembre de 2008

Primavera para Todos

Viejo, he seguido con la tradición y desde hace un mes atrás que vengo contando los días restantes para la primavera como vos lo hacías.
Por fín llegó y te extraño más que nunca.
No he conocido a nadie hasta ahora, que se ponga tan felíz con la llegada de ésta estación como vos te ponías.
Extraño la parte que con una sonrisa en la cara y los ojos encendidos, dibujabas en el aire tus nuevos proyectos y lo compartías con todos nosotros.
La gente debería hacer ése tipo de cosas. Deberían celebrar la vida con cada nuevo acontecimiento o -porqué no?- con cada nuevo día.
Deberían celebrar la vida, simplemente por tenerla.
¡¡¡FELÍZ DÍA de la PRIMAVERA para TODOS!!!


PENSAMIENTOS (de papá)

"La primavera llego Y…….era en una época mi canto guerrero…
La tan ansiada y esperada PRIMAVERA años tras años siempre por un motivo u otro me atacaba un sin numero de sentimientos proyectos y emociones…
Y O CREO QUE CUANDO: Uno deja de festejarlo es el primer síntoma de vejes …
Y simplemente es una especie de rebelión hacia la natura de la vida misma…
Muchas veces fui testigo de personas que niegan el ímpetu de la primavera como una cuestión traumática y si se te ocurre decirles feliz primavera te responden con un gruñido. Poco a poco fui perdiendo las ganas de desearles feliz primavera bla bla bla
También aprendí a reservarme lo que sentía…Es triste ver este tipo de cosas de cómo la gente niega el primer acontecimiento de la naturaleza, que aparte de ser reproductivo es constructivo creativo de muchos proyectos con ganas de comenzar algo nuevo…
POR ESO ME SUBLEVO UNA VEZ MAS Y DIGO FELIZ DIA DE LA PRIMAVERA PARA TODO EL MUNDO CARAJO…"


por J.C.E.

sábado, 16 de agosto de 2008

40 días y 40 noches desde que no estás


"...tuvo un paro cardiorespiratorio y el señor acaba de fallecer"
Esas fueron las palabras que un minuto después de tu partida anunciaba el final de toda una era.
La era de JC. Tú era.
Aún me sigue retumbando en la cabeza el timbre de voz de la enfermera que pronunció esas palabras. Las peores palabras que he escuchado en toda mi vida.
Su cara parecía un papel en blanco que simplemente no dice nada. Su voz, sonaba cotidiana, como quien te dice "coca no tengo, te puedo ofrecer pepsi".
La odié durante todo un segundo. ¿Cómo podía esa perra decirlo asi nomás, como si el fallecido fuera cualquiera?
¿Acaso no sabía ella que quien se moría eras vos, king of the kings, hijo de Zeus, tigre de vengala, polvorita?
Para ella...un finado más. Para mi...mi todo ó como mínimo, mi papá.

40 jornadas después sigo sin poder creerlo pero poco a poco y con toda la amargura de éste mundo voy entendiendo que una historia se terminaba de escribir la noche que te fuiste mientras que una nueva comenzaba a ser escrita.
Historia que yo desde acá abajo, me encargaré de contártela.

Sólo serán pequeñas misivas que cumpliran el sueño que alguna vez tuvimos. Ese sueño de escribir un libro juntos que amalgamen en el papel tu talento para la vida con mi talento para las letras.
Misivas que te contarán lo que está pasando, como si hubieras hecho un viaje y yo sólo fuera el corresponsal que te va poniendo al día.

Y si!...es una idea morbosa y hasta peligrosa que sólo vos y un buen psicólogo lo entenderían, pero el objetivo no es tan enfermizo como parece, o por lo menos eso quiero creer.

Muchos podrán pensar que estoy buscando la manera de mantenerte vivo ó que tal vez quiero llenar con letras el hueco que me dejaste.
Pero no.
No necesito mantenerte vivo porque tuviste una vida tan fuerte que sigue vibrando aunque vos no respires.
Tampoco necesito llenar huecos, porque ningún hueco existe.
Estoy llena de vos, desbordo de papá por todos lados y hasta tengo para repartir.

La principal razón para escribirte radica sencillamente en la misión que todo hombre tiene en éste mundo: la trascendencia.
Ya que como dijo alguien alguna vez..."uno vive con la esperanza de ser un recuerdo"
Sino...¿qué sentido tendría entonces plantar el árbol, tener el hijo y escribir el libro si no fuera porque esas tres cosas quedarán para la posteridad?

Plantaste el árbol, y me enseñaste cómo hacerlo.
Tuviste el hijo, y he sido el mejor hijo que pude mientras me dí cuenta.
Predicaste tu palabra, entregándome toda tu vida en cátedras aunque no llegaste a tiempo para escribirlas en el libro.
Pero por suerte papá, no sólo me gusta escribir, sino que además heredé tu buena memoria.

De todas maneras no lo hago sólo por vos.
Primero lo hago por vos, es verdad. Porque no te alcanzaron las horas-hombre para desplegar tu grandeza.
En segundo lugar lo hago por mi, porque en vida me enseñaste a usarte para resolver las cosas. Y como he aprendido, ahora sos el mejor instrumento que tengo para desplegar el talento de mis letras a través de tu grandeza.
Y por último lo hago por la gente.
Por todos aquellos que te amaron y que todavía te necesitan aunque sea en una "edición de bolsillo".
Por todos aquellos que te odiaron y que nunca te entendieron.
Y por todos los que no te conocieron.
Porque es una triste verdad que te fuiste sabiendo que te perdías el mundo. Pero es aún más triste que el mundo no sepa lo que se perdió cuando te fuiste.

Lo hago y punto.
Tal vez y simplemente porque tengo que hacerlo.



Los primeros días...

Según dice la psicología, el proceso de duelo despues de la pérdida de un ser querido, se compone de 5 fases que no voy a mencionar porque las teorías difieren unas a otras según el libro ó autor.
Pero si de fases hablamos, yo llevo contada 327 al día de la fecha.
Claro que los libros sólo hablan de pérdidas de seres queridos y en ninguna parte mencionan qué se siente cuando el difunto es el capitán del barco, el Pápa, el rey, el presidente, Jesucristo, el amor de tu vida, tu creador, tu progenitor, tu guía, tu piso y tu techo, tu héroe...todos ellos juntos reunidos en un sólo ser.
Asi te sentíamos todos nosotros: como si fueras una gran multitud de grandes personas.

Y los primeros días, fueron bastantes crueles. Con la family formamos el mejor equipo lacrimógeno que haya existido. No eran lágrimas de dolor. Eran lágrimas narrativas porque cada una de ellas contaba una historia distinta.
Algunas recordaban tus palabras, otras se acordaron que se olvidaron de escucharte. Pero todas ellas, salieron todas juntas y por toda la ciudad.
No creo que tenga nombre la sensación de aquellos días. Duelo no se le puede llamar y si hubo fases, eran fases facetadas.
Nos pusimos en forma por el peso que perdimos, por la comida que no podíamos tragar. El color de la cara se nos fue destiñendo, algunos le llamaban palidez. La cabeza se volvió nuestro peor enemigo, porque dolía, porque pensaba, porque te recordaba...porque se estaba dando cuenta que ya no estabas.
Nuestros ojos cerrados, fueron el mejor aliado. Sólo durmiendo no llorábamos. Sólo dormidos no nos enterábamos.
Tus cosas, que son muchas por cierto, nos tendió una trampa en cada rincón de la casa.
Cada pelotudez que dejaste por ahí, habla por sí misma. Cada cosa indica todo lo que iniciaste y que te fuiste sin terminar.
La gente suele deshacerse de las pertenencias de los que ya no están. Pero nosotros somos diferentes, junto a vos fuimos un equipo con un costal atiborrado de proyectos. Deshacerse de tus cosas sería como tirar a la mierda el costal y junto con él, tirar nuestros sueños, nuestro pasado y nuestro futuro. Tirar las pelotudeces en las que vos creías, sería como tirar nuestra vida entera.

Los primeros días también fueron raros. Una extraña fuerza se apoderó de nosotros. Yo he llegado a sentir una sensación de seguridad inédita, como si nada fuera imposible. Por otro lado estaba la nada entera.
Nada era demasiado importante, ni demasiado bueno, ni demasiado malo. Lo peor que podía pasar, ya había pasado. Lo mejor que podía pasar, no había pasado antes, y no tendría sentido que pase ahora. Sólo la nada estaba bien ubicada.

Las palabras sobraban en todos lados. Nunca hablé con tanta gente de un mismo tema como aquella primer semana. Parece que a la gente le gusta hablar de éstas cosas, hasta ponen cara de película para decirte "cuánto lo sienten". Ojalá no fuera un deber el avisar a los demás, porque después viene tanta estupidez junta que uno daría la vida por ser sordo. Aunque también esta el otro tipo de gente, que sabe exactamente qué decirte ó que tan fuerte abrazarte. Es lindo sentir el mimo sincero de alguien que a penas conoces.
Las palabras también sobraron entre nosotros. Hubo como una glotonería verbal colectiva. Todos queríamos contarnos mutuamente como eras, como vivías, como pensabas, como sentías como, como, como, como te hubieras aburrido viejo, si nos hubieras escuchado!

Y hablando de hablar, por aquellos días también hubo un ardiente deseo de querer hablarte, o por lo menos escucharte, sentirte, saber que aunque no te veíamos, vos estabas ahí. Pero eso no pasaba. Y fue en aquellos momentos que por primera vez deseé creer en el cielo para poder ubicarte en algún lugar, algún día. De todas maneras, mi hermana y yo sospechamos que si no te sentimos en ningún lugar es porque tal vez cumpliste tu promesa de irte a otro planeta.
La sensación era muy paradójica. En cierta forma sabíamos que estabas presente, pero no logramos nunca sentir esa presencia. Ni siquiera te encontramos en los sueños, ni en las pesadillas...en ningún lado, como si te hubieras ido dando un portazo.
Y entonces brotó la culpa, una culpa insoportable que te hace desear no existir y que te lleva a la búsqueda desesperada del perdón. De esos "perdones" que nunca se encuentran y que se reemplazan con resignación.

Aún asi, con todo ése camión de sensaciones nuevas encima, pudimos continuar, casi por naturaleza o como si tu espíritu fuera el remolque que nos llevaba adelante.
Fueron días duros, no muy diferentes a los de ahora porque aunque ya tengamos los ojos secos, todavía no dejamos de llorar.
Dicen que el tiempo lo cura todo pero yo creo que no me va a alcanzar la vida para aliviar el dolor por lo que no pudo ser.
Porque como dice Sabina..."no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca, jamás sucedió"

jueves, 24 de julio de 2008

unos días despues...

Una nueva madrugada me agobia después de haber tenido un mal día.
Ilusionada espero que cruces la puerta y me pidas mate...que te sientes frente a mí y me preguntes qué me pasa¿?
Pero es sólo una ilusión timoneada por el dolor.
Del otro lado de la mesa, sólo hay una silla vacía. Los mates me los tengo que tomar sola. Y ahora mis penas, mis vergüenzas, mis logros y mis huecos...se los cuento al monitor.
Papá ya no estás.
Hace 16 días que no te tengo.
Y la peor parte de no tenerte no es tu ausencia...es comprobar que estás presente en todos lados mientras que yo, sin embargo, no te siento.

Siempre creí que el día en que no estuvieras, me desmoronaría.
Y aunque hoy estoy de pie, como me enseñaste, siento que ya no soy la misma.
La persona que era antes dejó de existir el día que te fuiste.
Suena feo, duro, dramático y hasta ridículo, ya lo sé, pero es que no me encuentro.
Es como si mi esencia se hubiera hecho polvo y mi pasado fuera sólo un holograma.
Sé que no te hubiera gustado escuchar éstas cosas porque pasaste años tratando de simentarme una buena base, de esculpir mi personalidad de piedra.
Y te hubiera salido perfecto papá, de no ser porque te olvidaste de enseñarme como se vive sin los hilos, cuando se es en la vida marioneta.

Asi me siento y asi trato de no caerme demasiado.
Escribir me ayuda, de la misma manera que me hubiera ayudado contartelo si estuvieras del otro lado de la mesa.
Tu silla sigue vacía, al igual que todo mi ser desde que fuiste.
Mis ganas de hablar no se detienen, tampoco mis ganas de llorar.
Tengo muchas cosas que decirte, cosas viejas que no te he dicho, cosas nuevas que no has visto.
Tengo mucho, mucho, mucho para sacar y no sé por dónde empezar.

De a poco se me va cayendo la ficha.
Tengo de todo, menos a mi papá.